Situación general:
Si en el último informe remitido exponíamos como la totalidad de organismos públicos y casas de análisis esperaban una leve caída del PIB en el 4T de 2022 y el 1T de 2023, en este 1T el sesgo ha cambiado. Subsiste la incertidumbre geopolítica, pero parece que las economías están acelerando sus – todavía modestos- crecimientos, esquivando así la tan temida recesión. Esto es así a pesar de la acelerada subida de los tipos de interés -que están llegando a su fin en ambos lados del Atlántico- e incluso con episodios protagonizados por alguna entidad financiera que, en un principio, nos hizo volver la vista hacia el verano del 2008. No es esa la situación actual -y menos en Europa-, con entidades financieras más capitalizadas y con balances más saneados, economías con tasas de paro muy bajas – Alemania 3%, Francia 7,1% e Italia 7,9%- y con proyecciones de inflación a finales de 2024 cerca de nuevo al 2%. Sin embargo, el camino no está exento de baches y debemos llegar a esa meta sin que aparezcan los temidos efectos de segunda ronda en los precios, que nos condenaría a convivir con los tipos altos durante más tiempo -con lo que ello conlleva en términos de crecimiento-.
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