El informe Sectorial de La Caixa indica que después de un año 2022 en el que la demanda de vivienda ha batido todas las expectativas, en 2023 prevemos un enfriamiento del mercado inmobiliario, cuyas primeras señales ya se empiezan a percibir.
En primer lugar, se prevé que el número de compraventas experimente un ajuste significativo, principalmente por el impacto del aumento de los tipos de interés. El precio de la vivienda, que suele responder con algo de retraso tras la caída de la demanda, se ralentizará de forma notable, pero esperamos que mantenga una tasa de crecimiento ligeramente positiva en 2023 (aunque sí se ajustará en términos reales, debido a la elevada inflación). La oferta de vivienda, que es insuficiente para cubrir la demanda estructural por formación de hogares, seguirá siendo muy limitada debido a la ralentización económica, los elevados costes de construcción y el descenso de la demanda.
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