La Asociación de Promotores Constructores de España (APCE) indica en su último Informe Sectorial de enero de 2021 que nuestro sector en lo que se refiere a vivienda nueva ha sido menos afectado que el resto por la crisis derivada de la pandemia, al menos en lo referente a primera vivienda. Prácticamente no ha habido cancelaciones de contratos de compraventa, muy pocas peticiones de aplazamiento de pagos y se ha seguido vendiendo tras los desajustes lógicos producidos por la primera etapa de confinamiento con normalidad y a ritmos muy parecidos a los de antes de la aparición del Covid 19. Esto sin duda es en gran parte debido a la mayor calidad y servicios de la vivienda nueva frente a la usada que se ha hecho valer en la pandemia pero también a un exceso de demanda sobre la oferta que sigue siendo insuficiente para atender a la primera, cuestión esta que probablemente se verá agudizada a medida que salgamos de la crisis, ya que lo que sí ha disminuido, tanto por motivo precaución de las compañías por criterios de protección de caja ante la incertidumbre generada como por el endurecimiento de las condiciones de financiación al elevar el porcentaje de preventas necesario para la concesión de préstamos es la inversión, en forma de menores inicios de obra, que están, a nivel nacional, un 25% por debajo del cierre de 2019.
A efectos de contabilidad nacional, la formación bruta de capital en viviendas y otros edificios y construcciones ha disminuido en el 3 T de 2020 un 13,1 % interanual, si bien con respecto al 2 T crece un 16,6 %. Desde el lado de la oferta, la construcción cae un 11% interanual, pero experimenta un rebote de un 22,5% intertrimestral lastrada en ambos casos claramente por los efectos de la pandemia.
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